Rufus

Rufus me mira en silencio con sus enormes ojos negros. Yo sonrío, feliz, pensando en ti y contemplo mi propio reflejo en la pantalla de mi móvil. Rufus está en un rincón de la habitación, refunfuñando, susurrando por lo bajo que no esta dispuesto a quedarse ahí toda la noche, o algo así... Le agarro por el cogote mientras le digo: "¡Ven, tontorrón!" y le he acario sus enormes orejas verdes y naranja. Se ha estado revolcando sobre mi barriga... ¡Si le hubieras visto! Y cuando le he dicho: ¡Para, que voy a escribirle a Félix!", ha empezado a darme lametazos en las mejillas, con energía y de dos en dos. Te mando pues mimitos de su parte ¡y de la mía, claro!
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Félix -