Tu sexo, duro, grandote, calentito... estaba en mí de nuevo, y con espasmos vigorosos, casi eléctricos, ibas desbloqueando todas y cada unas de mis inhibiciones. A cada gesto me sentía más libre, más feliz y sobre todo más amado. ¡Oh, dulce anticipo de lo que ha de venir! ¡Te quiero y te deseo, cariño mío! Besos y más besos... besos ricos, besos dulces, besos locos... ¡para Félix, mi amor!
Todos los días me la meneo sintiendo el calor de tu profundidad, embistiéndote, suavemente a veces, y salvajemente otras. Cada vez más caliente, cada vez más salvaje. Oigo tus gemidos de placer entrecortados con la fuerza de mi respiración. Y me aferro a tu cuerpo, en diferentes zonas, para atraerte a mí, para entrar más y más. Me vuelve loco sentir cómo gozas. Comienzo a sudar. El ritmo aumenta con el placer, hasta que me derramo en ti. Y estaría así horas y horas, contigo, disfrutando.
1 comentario
Félix -